Del mapudungun, significa “Lugar donde vive el Chime” (animal de la mitología mapuche). Es el desagüe natural del lago Huechulafquen a los 900 m. de altura y a los pies del volcán Lanín. Luego de recorrer 70 km. desde el oeste al sureste desemboca en el río Collón Curá a los 655 m. sobre el nivel del mar.

Se puede dividir el rio en tres secciones: superior, medio e inferior.

Chimehuín Superior: desde su naciente, la famosa “Boca del Chimehuin” hasta el puente sobre la ruta 40 en cercanías de Junín de los Andes el río corre 23 km. SET Fly Fishing suele flotar una sección de aproximadamente 16 km. Con un gradiente pronunciado, el río aquí se presenta más rápido. Ideal para pescar con líneas de profundidad y streamers. A fines de la temporada, durante el otoño, las grandes marrones que están migrando pasan por allí. Posiblemente la cantidad de peces capturados cada día sea menor que en las otras secciones, pero seguramente habrá algunos realmente grandes, pasando los 55 cm.

Chimehuín medio: desde el puente sobre la ruta 40 hasta la curva del manzano son casi 16 km. Usualmente se flotan los últimos 8,6 km. aguas debajo de la ciudad de Junín de los Andes. Es quizás en único tramo de la zona que permite realizar flotadas de media jornada. Por su cercanía al aeropuerto permite “romper el hielo” de los recién llegados y pescar unas pocas horas. Esta sección está poblada por gran cantidad de arco iris y marrones en tamaños desde 25 a 43 cm. Pero encierra algunas sorpresas marrones de más de 50 cm.

Chimehuín inferior: desde la curva del manzano a la desembocadura en el Collon Curá. Con casi 33 km. es la sección más productiva de toda la extensión. Se puede pescar en flotadas diarias, al comienzo de la temporada; y a medida que ésta avanza, se flota en dos días, para pescar cada metro del río y disfrutar de los campamentos de lujo de SET Fly Fishing. El gradiente es más tenue. Con correderas y pozones, en su primera parte las orillas presentan una línea continua de sauces. En la parte final el paisaje es más desértico, pero continúan la misma estructura con correderas, pozones y líneas de sauces no tan pobladas. Aquí el tamaño de los peces suele ser mayor. En resumen, una estructura espectacular para la pesca con mosca. Con alguna de las eclosiones de efímeras y caddis más prolíficas de la Patagonia y acción de saltamontes desde mediados a fines del verano. Para terminar pescando en el otoño con pequeñas secas, emergentes y ninfas. Con truchas desde 30 cm. a 50 m. y siempre existiendo la posibilidad de capturar algún monstruo.